
30 Monedas ha terminado y yo estoy entre dos tierras. Cuando me paso a comentar la serie con compañeros y conocidos siento que puedo dar y quitar la razón a unos y otros en la misma medida.
No me ha entusiasmado pero tampoco estoy en el grupo que afirma rotundamente y sin ningún género de dudas lo malísima que es.
Los tres primeros episodios me gustaron mucho. Buen guión con muy buenos actores interpretando la historia y unos efectos especiales más que decentes me tenían encantada. Pero cuando separaron a los protagonistas me pasó lo mismo que cuando cortaron el pelo a Penny en la octava temporada de The Big Bang Theory. El castillo de naipes se derrumbó y empecé a verle todas las costuras a la serie.
Efectos mal hechos, recursos mal ejecutados y forzados para conseguir llevar a los personajes al desenlace del episodio y un final de temporada bastante mejorable son algunas de las cosas que más nos han llamado la atención para mal.
Lo mejor, sin duda, el elenco de actores capitaneados por Eduard Fernández que siempre está espectacular y un Javier Bódalo para quitarse el sombrero. Acompañados por Miguel Ángel Silvestre, Megan Montaner y Manolo Solo, que cierran el casting protagonista de manera sensacional.
La cabecera de 30 monedas es digna de un premio solo para ella
Esto es así. Álex de la Iglesia utiliza la cabecera de la serie para contarnos, sin malgastar un solo minuto del metraje, la historia detrás de las monedas y su importancia para que los altos cargos del Vaticano estén desesperados por hacerse con ellas.
Con todo esto, esperamos la renovación con muchas ganas porque la historia da para más y queremos saber qué nos depara ese nuevo rumbo que ha tomado la moneda… ¿ganará finalmente el mal en el mundo?
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