
Como a todas las series españolas, a Élite me costó darle una oportunidad. Puede esta que menos que otras, porque esta la lanzaba Netflix y ya sabéis… si es para Netflix lo mismo nos llevamos la sorpresa, ¿no? El caso es que la vi entera en una noche entera de insomnio y ahí que me fui a trabajar al día siguiente habiendo dormido una media hora siendo generosos.
Una serie adolescente diferente a lo que estábamos acostumbrados en España. Y aquí os tengo que confesar que yo no vi Física o Química. No me pilló en una edad que me llamasen especialmente la atención estas series, por target y porque, de lo poco que vi, nunca sentí que representara a la juventud de mi época. La única trama que consiguió seducirme fue la de Fer.
Con 36 años y viendo Élite.
Sí, me llamo Patri, tengo 36 años y me enganché a Élite una noche tras ver su primer episodio. ¿Quién mató a Marina? ¿Por qué? Comienza el curso 2018/19 en Las Encinas, el colegio más prestigioso de España, aquel en el que estudian los hijos de las familias más poderosas del país. Sin embargo, este años, tres estudiantes de uno de los barrios más humildes de la ciudad reciben una beca para estudiar allí, debido al derrumbe de su instituto.
Es que yo no me puedo resistir a eso. No puedo. Ahí hay salseo del bueno. Y vamos que si lo hubo. Como era de esperar. Los que tienen dinero creen que lo tienen todo, incluso el derecho a decidir sobre la vida de los demás y, los pobres, al final tienen que seguir haciendo lo mismo que han hecho siempre. Sobrevivir.
Tramas interesantes que enganchan y bien llevadas.
Élite trata de los problemas de los jóvenes en el siglo XXI. De la homofobia, del racismo, de las diferencias culturales. Por supuesto, de las diferencias entre clases… tocan todos los palos, y los tocan bien. De hecho, se ha quedado un buen final para una segunda temporada de vértigo.
Tenemos a Fernando (Jaime Lorente) en la cárcel como sospechoso de haber matado a Marina. A Samuel, su hermano, que le había inculpado en un principio, decidido a sacarle de ahí.
Por otro lado está Guzmán, hermano de Marina, se queda perdido. Enamorado de Nadia, sin poder estar con ella, con su hermana muerta y siendo uno de los pocos que ha apoyado a su padre durante su estancia en la cárcel.
Omar y Ánder (Omander) se han ganado el corazón de los fans de medio mundo. Omar, hijo de padres musulmanes, trabaja en su tienda y saca un sobresueldo como camello. Cuando su padre empieza a olerse la orientación sexual de su hijo, le concierta un matrimonio. Ánder es deportista de élite, pero no es lo que realmente quiere. Es homosexual y no lo esconde, aunque tampoco lo va proclamando a los cuatro vientos. Cuando se conocen salta la chispa y se enamoran locamente. Su relación es una de mis tramas favoritas.
Pero… ¿quién mató a Marina?
Pues, como todos sabemos, no fue Fernando. Ellos se iban a escapar para poder vivir la vida a su manera después de que ella, seropositiva debido a una relación anterior, se había quedado embarazada de él.
Como suele pasar, al final le mata el que menos esperamos pero no seré yo quien os cuente esto, ¿no lo recordáis? Aún tenéis tiempo hasta las 9 de la mañana de mañana para revisionar el último capítulo. ¿De verdad que no os acordáis?
Deseando estoy de que llegue mañana para ver, al menos el primer episodio, ¿vosotros no?
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